Muchas gracias a todos los que hicieron posible con su presencia este extraordinario reencuentro. Las imagenes a continuación son más que elocuentes, cabe mencionar que fue una de las mejores reuniones que hemos tenido, con mucha espontaneidad y llena de agradables sorpresas. Se rebasó por mucho las expectativas de asistentes a pesar de que hubo muchas ausencias de quienes regularmente han estado en anteriores ocasiones.
La diversidad de generaciones de finales de los 70`s y principios de los 80`s nos hemos hermanado como familia, sin distingos ni diferencias con la madurez y aceptación que solo los años enseñan.
Confieso que no tenía el ánimo ni deseos debido a la situación que ya todos ustedes conocen, sin embargo nuestro amigo Paco Rocafuerte es quien tuvo la iniciativa de dar ánimos y continuidad, desafortunadamente tuvo problemas de salud y ya no pudo asistir (¡recuperate pronto Paco!).
A quien tenemos que reconocer y agradecer muy especialmente es a Raquel Ortega, quien acertadamente escogió el lugar y tuvo a bien encargarse de los detalles e invitar a muchos nuevos asistentes. (¡gracias Raque!)
Les puedo asegurar que todos salimos muy, pero muy contentos y super satisfechos de tan agradables momentos. Fue una carga de baterias enorme. Todos nos nutrimos y retroalimentamos con la energía de cada uno de los asistentes. En lo personal fue una pauta en el camino, me permitió retomar la vida, volver a sonreir y ser feliz nuevamente. La vida es de colores, a veces claros otros oscuros, todo depende con que actitud tomemos las cosas. Esta experiencia fue un gran regalo de Dios, un balsamo de paz, alegría, amor y felicidad en este camino de esta maravillosa vida. Las relaciones con los demás no son lo más importante, son lo único!!!!....
GRACIAS A TODOS!
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